Yo hace un par de años que vengo cada vez más atento a los ciclos estacionales, intentando percibir cuál es la energía propicia durante cada una de ellas y tratar desde ese lugar interno accionar. Siento que esto me genera una mayor sincronicidad con la energía disponible en cada momento del año, cómo así también en el día mismo, ya que el día en sí se ve atravesado por los 4 ciclos estacionales:

• Mañana: Primavera
• Mediodía: Verano
• Atardecer: Otoño
• Noche: Invierno

¿Cómo sería nuestra forma de organizarnos teniendo en cuenta estas observaciones y cómo nos afectan a nuestra energía?

Bajo un análisis propio yo tengo el siguiente enfoque de energía propicia en cada estación:

• PRIMAVERA: Etapa donde empezamos a florecer, a emerger el brote de la semilla entre la tierra, etapa para dejarnos ver, luego de una profundización en nuestro Ser, es momento de permitirnos salir nuevamente a la superficie, con el agua como elemento que acompaña, tanto para  nutrirnos en esta etapa de brote, como así también guía en una fluidez intencionada, atentos/as a las sutilezas observadas durante el invierno, momento de cristalizarlas en ideas, en palabras para poder manifestarlas de una manera mínima donde haya una devolución del entorno, actuando para de esa manera llegar al verano.
• VERANO: Estación idónea para la cosecha, para la validación de lo prototipado, para entrar en espiral de permeabilidad, del adentro y del afuera, el afuera para el feedback y el adentro para los ajustes dinámicos necesarios para volver a ese afuera desde esa nueva versión. Etapa para cosechar lo compostado, lo nutrido y lo regado. Invitación para celebrar la cosecha, nutrirnos de un ciclo de vida-muerte-vida, para celebrar lo conquistado y reflexionar en lo accionado, para de esa manera, volver a ingresar con el elemento fuego de transformación, a un nuevo ciclo, conocido por sus patrones y desde un nuevolugar, volver a un nuevo otoño y de esa manera, volver a recircular.
• OTOÑO: En el otoño nos deshojamos, nosotros/as, la naturaleza misma, los proyectos, nuestros vínculos, etapa ideal para que el aire nos sople y dejemos ir lo que ya no nutre nuestro caminar, para de esta manera comenzar un proceso de soñar, desde una liviandad, desde lo “nuevo”, y que lo “viejo”, sea el compost que nutra esta nueva etapa emergente, este nuevo ciclo.
• INVIERNO: El invierno es una invitación al adentro, a un ritmo más calmo, a una observación más profunda, a compostar la tierra para la próxima siembra, es un proceso de que lo “viejo” comienza su transformación en lo “nuevo”, el compost se vuelve nutrición, lo “podrido” es lo que nutre, una etapa para una conexión más genuina con nuestra fuente. Etapa para sentirnos y pensarnos, para desde ese lugar interno planificar nuestra siguiente siembra, nuestro siguiente proyecto, nuestra siguiente versión, en lo posible, más real de nosotros/as mismos/as.

Para ampliar sobre la primavera, estación que hoy habitamos en el hemisferio sur del Planeta, es el momento donde la vida empieza a emerger, y no porque lo anterior no fuera vida (invierno),  sino que la luz y el calor invitan a la aparición de las primeras hojas, el inicio y la plenitud de la floración, la llegada de las aves migratorias, los primeros vuelos de las mariposas, la actividad de las abejas o la presencia de las libélulas migratorias, los animales se vuelven más activos, aceleración en procesos de desarrollo de larvas en los insectos, la sensualidad a flor de piel, colores, aromas y movimiento que seduce.

Y desde Planeta Vivo, sentimos esa sincronicidad, con el surgimiento de este espacio virtual para dejarnos ver, para compartirnos desde nuestras intenciones y acciones con las ganas de visibilizar una forma diferente de transmitir conocimientos y saberes y mostrar productos que consideramos necesarios para la etapa planetaria que estamos viviendo. Te invitamos a que nos vayamos conociendo 

¿Qué está floreciendo en vos en esta primavera? ¿Qué se está dejando ver en vos? ¿A qué te sentís invitado/a?

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